Por Pedro Cayul, Alejandro Corvalán, Elisa Durán y Dany Jaimovich.
Las preferencias de la llamada Consulta Araucanía, realizada el fin de semana pasado, fueron contundentes a favor de extender el Estado de Emergencia en esa región. En columna de opinión para CIPER, cuatro economistas se detienen en las cifras de participación para establecer si acaso esos resultados contienen algún sesgo, considerando ejes culturales, socioeconómicos y políticos.
Aunque según la Dirección de Presupuesto (DIPRES) las consultas ciudadanas son una invitación «a participar de manera informada, pluralista y representativa», muchas veces la democracia plebiscitaria constituye un riesgo por su uso inadecuado, desregulado y sesgado. Una consulta mal diseñada puede no representar a los distintos grupos ciudadanos y sus sensibilidades.
Entre el viernes 5 y el domingo 7 de noviembre de 2021 se realizó una consulta ciudadana no vinculante sobre la extensión del Estado de Emergencia en la Región de la Araucanía. La iniciativa fue impulsada por el gobernador oficialista y los alcaldes de la región. La votación se realizó de manera electrónica. Participaron casi 145.000 personas, lo que corresponde a un 16,4% del padrón electoral. El resultado: un 81,6% de los votantes se pronunciaron a favor de extender el Estado de Emergencia en la zona.
La mayoría es clara, pero ¿es acaso representativa del sentir de las personas sobre el conflicto que se vive en la zona y las medidas para solucionarlo? ¿O es más bien un ejercicio de movilización de parte de un sector en particular?
En esta columna analizaremos cuantitativamente la representatividad comunal de la Consulta Araucanía en tres ejes básicos: población mapuche, ruralidad y población que votó por la opción «Rechazo» en el plebiscito nacional del año 2020. Dichos ejes son fundamentales para establecer si existe o no un sesgo en los resultados, ya que analiza la dimensión cultural, socioeconómica y política.
Para tener una mejor interpretación de los resultados, haremos de forma paralela un análisis de la participación en la segunda vuelta de la elección de Gobernadores Regionales en la Araucanía, en la que participó un universo similar, de aproximadamente 125.000 personas.
Primero comparamos la participación por comuna contra el porcentaje de población mapuche (según el censo del año 2017). Vemos que mientras mayor es la proporción de mapuche en la comuna, menor fue la participación en la consulta; no así para la elección de gobernadores, donde la relación es levemente positiva. Aunque los datos son comunales, este resultado sugiere que la población mapuche de la Araucanía tuvo poca participación en la consulta, pero similar a la población no-mapuche en la elección de gobernadores. Este sesgo es particularmente serio si consideramos que la población mapuche se ve altamente afectada por el Estado de Emergencia, y de ahí que su opinión deba ser capturada adecuadamente.
Una posible causa de la baja participación en estas comunas es el alto índice de población rural, que vive en lugares donde el acceso a internet es limitado. En el siguiente gráfico vemos una clara correlación negativa entre participación y ruralidad, no presente así en la elección de gobernadores. Es decir, el factor rural fue una limitante solamente en la participación de la consulta, lo que nuevamente muestra un claro sesgo de ésta en cuanto a su representatividad.
Finalmente, al comparar con datos del plebiscito realizado en 2020, observamos que aquellas comunas con mayor porcentaje de votos por el «Rechazo» a una nueva Constitución tuvieron también mayor participación tanto en la consulta como en la segunda vuelta de gobernadores, pero el efecto es significativamente menor en esta última. Es decir, existiría un sesgo político de quienes participan en la consulta.
Observamos entonces que, al comparar dos elecciones con una tasa de participación similar, las personas que participan en ellas son muy diferentes. Mientras que la participación en la consulta fue mayor en las comunas urbanas, no mapuche y que votaron por el «Rechazo», estos mismos sesgos no son observables en la segunda vuelta de gobernadores.
Los votantes, entonces, no son representativos a nivel comunal, y esto sugiere que la consulta no es necesariamente representativa de la población de la Araucanía. Esto implica que la interpretación de los resultados debe hacerse con cautela, y sin extrapolar conclusiones para toda la región, especialmente dada la relevancia que se ha buscado otorgar a dicha consulta.
Este artículo fue originalmente publicado en CIPER.