Quedando 3 meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, sin duda los contrincantes, Donald Trump y Joe Biden, se enfrentan bajo una realidad fuera de todo pronóstico. La pandemia del Coronavirus, el Movimiento Black Lives Matter y la recesión económica en la que entró el país, han hecho cambiar estrategias y estimaciones en la carrera presidencial por la Casa Blanca 2020.
El actual Presidente estadounidense, Donald Trump, cuenta con un 40% de aprobación a su mandato y un 58% de la ciudadanía rechaza la gestión que ha realizado su Gobierno. Además, en la última encuesta presidencial realizada por RealClearPolitics durante junio de 2020, el Exvicepresidente, Joe Biden, se sitúa con una ventaja de 8,7 puntos por sobre Donald Trump para ser el próximo Presidente estadounidense, con un total de 49,6 y 40,9 de preferencias respectivamente.
Pandemia y la llegada de la crisis económica
Hasta el día de hoy, Estados Unidos sigue siendo el país con mayor número de casos positivos de COVID-19. En el país existen más 4,42 millones de personas contagiadas y la curva de contagios se encuentra nuevamente en aumento.
Con más de 151.000 personas fallecidas en el país a causa de la enfermedad, las críticas al Gobierno de Trump no se han hecho esperar. Debido a la primera posición escéptica del mandatario ante la pandemia, las cuarentenas y medidas sanitarias preventivas llegaron de forma tarde e intermitente. Sumado a esto, las distintas declaraciones presidenciales que hacían referencia a tratar el coronavirus con “una inyección de desinfectante” o con “luz solar” para combatir el virus, o bien recomendando el uso del medicamento “hidroxicloroquina” para prevenir el contagio – el cual no está comprobado que sea seguro o efectivo – hicieron que la crítica nacional e internacional pusieran en jaque la reelección presidencial.
A raíz de esta pandemia por el COVID-19, es que el país norteamericano entró oficialmente en “recesión”, terminando así el periodo de expansión económica más larga de la historia de Estados Unidos. Según estimaciones del National Bureau of Economic Research, el peak de la actividad económica mensual se alcanzó en febrero de 2020, poniendo fin a la expansión iniciada en junio de 2009 y comenzando oficialmente el periodo de recesión.
El cambio del panorama económico es discutido en cómo afectara la campaña presidencial del mandatario, puesto que el énfasis que le ha dado Donald Trump a su Gobierno es “make America great again”, mejorando la economía y aumentando los puestos de trabajos, entre otras medidas. Este eslogan de compaña se ha visto contrastado con los 20,7 millones de empleos que se perdieron durante abril a causa de la pandemia, llegando a una tasa de desempleo del 14,7% durante dicho mes.
Frente a esta realidad es que Alejandro Corvalán, Investigador del Instituto Milenio MIPP y Académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, afirma que “Donald Trump ya logró paralizar el país norteamericano. El manejo de la pandemia del Presidente Trump, junto con el problema racial que está enfrentando el país, aumentan esa polarización existente a niveles que (creo) no le convienen al Mandatario. Además, como es una reelección, la oposición tiene mayor tendencia a participar en las urnas y el incumbente racial está generando mayores incentivos para que la gente vote en las presidenciales”.
Movimiento Black Lives Matter
Otro de los factores que podrían afectar la reelección presidencial de Trump, es la muerte del afroamericano de 46 años, George Floyd, en manos de la policía de Minneapolis, Minnesota. Este hecho hizo despertar a la ciudadanía estadounidense en la lucha en contra del racismo y la discriminación. Se habla de que Black Lives Matter (BLM) quizás será el movimiento social más grande en la historia de Estados Unidos, por lo que las distintas opiniones sobre cómo afectará el “despertar social” en la campaña por la reelección de Donald Trump, se encuentran en constante discusión, especialmente por la “amenaza” del mandatario de desplegar las fuerzas armadas para combatir las protestas raciales.
Frente a este panorama del movimiento en contra de la discriminación racial, Matteo Triossi, también Investigador MIPP y Académico de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, recalca que es interesante mirar a los opositores ideológicos del Presidente estadounidense que no se movilizaron en la elección presidencial de Donald Trump v/s Hilary Clinton, afirmando que “el movimiento BLM, así como las consecuencias económicas de la crisis sanitaria (todavía para verificar), podrían ayudar a articular esta oposición para que participen en las votaciones presidenciales, votando en contra de Donald Trump”.
Según Bloomberg, y a pesar de que en las encuestas presidenciales se encuentra perdiendo, Trump apuesta por la reelección con el argumento de que su Gobierno manejó hábilmente la pandemia y que los votantes prefieren en secreto su enfoque de la «ley y orden» para contrarrestar las protestas por la justicia racial, afirmando que “la mayoría silenciosa es más fuerte que nunca”. Además, The Economist afirma que la historia estadounidense sugiere que los republicanos se benefician de la violencia callejera, mientras que los demócratas lo hacen de las protestas pacíficas.
En esta misma línea, Triossi afirma es importante fijarse en los votantes de centro y como estos se comportarán en esta elección. Triossi afirma que “los votantes centristas en esta oportunidad es más probable que vayan a las urnas a votar ¿y para quien lo harán? El comportamiento polarizador de Trump podrá no atraerlos, pero el candidato demócrata no parece tener mayor carisma. De todas formas, la abstención de la parte más conservadora de este electorado podría favorecer a Biden”.
Finalmente, sobre estimaciones de quién podría ganar la elección y convertirse en el próximo Presidente de Estados Unidos, Alejandro Corvalán comenta que es interesante mirar la elección presidencial de Bill Clinton el año 1992. El Académico explica que “Clinton aprovechó los desórdenes de ese año en Los Ángeles, California, conocidos como la revuelta de Rodney King, para colocar el asunto racial en el centro de su campaña. A pesar de que no se puede afirmar que ganó por eso, sí obtuvo mucho apoyo dentro de las minorías”. Además, Corvalán concluye que “veo analogías entre la elección actual y la de 1992, dado que la economía de EEUU estaba en fuerte recesión en ambos periodos. Lo interesante es que esta es la única elección (Bill Clinton v/s George H. W. Bush) en que el Presidente ha perdido la reelección desde los años 80s, cosa que podría pasar nuevamente”.