Invitado por el Instituto Milenio MIPP y el Centro de Sistemas Públicos (CSP), Paul Gertler, mundialmente conocido por sus evaluaciones de impacto de políticas públicas en distintos países de Latinoamérica, África y Asia, dictó una clase magistral en el seminario internacional “15 años del Sistema de Alta Dirección Pública: evaluación de impacto y desafíos” con el cual el Servicio Civil celebró la década y media del Sistema de Alta Dirección Pública.
En su quinta visita a Chile a fines de noviembre -entre los años 2004 y 2007 estuvo en el país tres veces como Economista Jefe para el Desarrollo del Banco Mundial y luego otras dos por su trabajo conjunto con nuestro académico Raimundo Undurraga-, Gertler concedió unos minutos de su apretada agenda para hablar sobre su visión acerca de la capacidad instalada de profesionales en Chile para evaluar el impacto de sus programas sociales, la existencia de una institucionalidad independiente que resguarde este proceso de evaluación y cómo construimos un sistema de evaluación de políticas sociales lo más neutral y autónomo posible para que no se vea afectado por el ciclo político de turno.
-De acuerdo a su experiencia, ¿cómo podemos mejorar la generación de evidencia para que los policy makers tomen mejores decisiones?
-La primera medida es desarrollar una estrategia de evaluación que esté relacionada con el gobierno y los sectores sociales. En este contexto es necesario preguntarse ¿Para qué necesitamos información? ¿Para qué necesitamos evidencia? ¿Qué políticas públicas o programas gastan mucho dinero? Necesitamos información para tomar decisiones sobre estos asuntos. Una segunda medidasería establecer un sistema de información integrado que esté vinculado entre las personas e instituciones y la administración de bases de datos. Esto bajaría dramáticamente los costos cuando hablamos de evaluación. Y una tercera medida consiste en crear un cuerpo de gobierno que sea independiente de los ministerios e instituciones que implementen políticas públicas, que sea responsable de generar información de buena calidad y sin sesgos políticos.
Agrega:
-Esta institución tiene que ser autónoma, como el Banco Central, y debe tener conexiones cercanas con la línea industrial. También debe manejar bases de datos y producir reportes que vayan a Hacienda o a la Presidencia informando qué política pública funciona y cuál no.
Complementa:
-Creo que estas tres medidas impulsarían a Chile en esta materia. Entiendo que la Dirección de Presupuestos y el Ministerio de Desarrollo Social están desarrollando algo en esta línea, pero esto tiene que estar apoyado por niveles más altos en el gobierno y con mejores recursos. La única manera de tener datos empíricos es medir la productividad o efectividad de los programas y hacerlo puede mejorar dramáticamente las políticas públicas. México tiene una agencia de este tipo y funciona bien.
-¿Tiene Chile la capacidad gubernamental para hacer esto?
-Chile utiliza un montón de evidencia para la toma de decisiones en políticas públicas. Por ejemplo, en educación y en salud pública. Sin embargo, estos datos no son producidos de manera sistemática, así como tampoco para una política pública precisa. Cuando la información está disponible, es muy buena; en algunos casos incluso mejor que en Estados Unidos. El nivel técnico del gobierno chileno es muy bueno.
-Pero también es una decisión política…
-Completamente. Chile no es un país atrasado en términos de capital humano, por lo que tiene la habilidad para hacer este tipo de mediciones. Es más, muchas de las evaluaciones tienen los técnicos expertos para hacerlas. Es un asunto de dinero y de voluntad política.
Añade:
-Una posibilidad es crear esta agencia a través de un consorcio entre universidades. En México, la directiva de esta agencia está compuesta por seis académicos elegidos y representativos. Esta experiencia demuestra que puedes tener un staff integrado por profesionales burócratas y académicos part time que hagan investigación. Un cuarto de tiempo de Raimundo Undurraga sería muy bueno como consejero y algunas evaluaciones, sonríe.
La recomendación viene de cerca, ya que uno de los temas que lo tiene cautivado por estos días es una investigación que realiza con nuestro académico y en la cual analizan cómo la exclusión social y la esperanza futura afectan la efectividad de la política social.
Mérito y transparencia
Consultado sobre cómo y por qué se interesó en esta área de la economía, Gertler cuenta que hubo un momento en el que le interesó hacer menos trabajo técnico y académico, y más trabajo en terreno, con distintos gobiernos, para mejorar vidas; que es a lo que se ha dedicado durante gran parte de su carrera. Gertler participó en la evaluación de impacto del programa de bienestar “Oportunidades” del gobierno mexicano Oportunidades, así como en el despliegue de financiamiento para la salud basado en resultados del gobierno de Ruanda.
“Una cosa que un académico puede hacer es promocionar y traer evidencia a la mesa. No puedo solucionar problemas políticos, pero quizás puedo crear evidencia con la cual tener un set de opciones”, señala el investigador agregando estar motivado con ser parte de cambios institucionales potentes.
“En países de ingresos medios y bajos se están creando instituciones y hay un cambio grande. En Estados Unidos estamos hablando de que solo se pueden hacer cambios muy pequeños en las instituciones y eso es menos interesante”.
-¿Qué recomienda para que las contrataciones en el Estado sean lo más neutral posible?
-Estas deben estar basadas en el mérito por supuesto, de esta manera tienes a las mejores personas y remueves cualquier sensación de corrupción en el proceso de contratación y luego, para que el proceso sea completamente transparente, las credenciales de las personas contratadas deben ser públicas.
-¿Existe algo así en los países desarrollados?
-En los servicios de Estados Unidos funciona. Chile ha progresado mucho en esta área, probablemente más que otros países de la región.
-¿Pero aún tenemos desafíos?
Sí. Chile tiene problemas en la manera en que está organizado, pero no creo que eso sea un gran tema. Este país funciona, tiene una historia de reducción de la inequidad, en momentos en que la desigualdad está creciendo en todos lados. Tiene muy buen crecimiento económico y, claro, siempre puedes hacer que la economía funcione mejor, pero creo que sería un error decir que hay problemas terribles que están arruinando el país.