Recientemente, los responsables de formular políticas públicas comenzaron a reconocer la relevancia del entendimiento de los consumidores en el sector bancario como herramienta para mejorar las decisiones económicas que ellos toman, a fin de aumentar tanto su bienestar como la eficiencia, más allá de las políticas de regulación tradicionales.
En un contexto de información asimétrica entre prestatarios y entidades bancarias, la literatura economica señala que existe una creciente preocupación de que las instituciones crediticias puedan utilizar la complejidad de la información como un mecanismo para reducir la competencia. Considerando esto, la educación financiera ha sido considerada como una herramienta importante para mejorar potencialmente el proceso de toma de decisiones de los consumidores con menor conocimiento financiero. Por lo tanto, nuestra investigacion, titulado “Does Financial Literacy affect Credit decisions? Evidence from Chile” (en conjunto con Carlos Noton y Alex Solis) pretende evaluar el efecto de la educación financiera sobre los resultados crediticios en Chile, en un contexto de nuevas regulaciones.
Los modelos tradicionales de ahorro y consumo asumen que los individuos son racionales y totalmente informados, y capable de evaluar su entorno económico para tomar decisiones óptimas. Sin embargo, muchos estudios han proporcionado evidencia convincente de que una gran proporción de la población adulta sabe muy poco acerca de finanzas, además de no estar familiarizados con conceptos económicos básicos, como diversificación de riesgo, inflación e interés compuesto. La literatura sugiere que las personas que no pueden calcular tasas de interés correctamente, dado un flujo de pagos, tienden a endeudarse más y acumular menos riqueza.
Las regulaciones que requieren que la información financiera sea resumida en una forma simple y legible, y qué esté fácilmente disponible para los prestatarios son dominantes alrededor del mundo. Sin embargo, es difícil encontrar evaluaciones empíricas sobre su efectividad.
En este proyecto, estudiaremos la regulación nacional que fija el marco de información que se debe proporcionar a los prestatarios en el mercado crediticio chileno. La denominada regulación CAE (Carga Anual Equivalente) define explícitamente la información que debe ser entregada en cada transacción en el mercado de crédito, incluidos los préstamos de las instituciones financieras, retailers, supermercados, automotoras, etc. Particularmente, la regulación CAE requiere la construcción de una medida anual de la tasa de interés basada en el monto total del crédito, incluyendo el monto que ha sido prestado y las comisiones involucradas, para establecer claramente tanto el monto total del préstamo como las cuotas que se generan.
Nuestra contribución consiste en evaluar los efectos de un cambio en la regulación que atañe a la información que las entidades crediticias deben entregar, sobre diferentes variables del mercado crediticio, utilizando información a nivel individual sobre préstamos bancarios. Además, exploramos si la educación financiera puede ser efectiva para mejorar las decisiones financieras.
Usando datos a nivel individual, recolectados entre 2009 y 2014 por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), buscamos evaluar los efectos de la regulación CAE sobre las tasas de interés y el monto de los préstamos en el sector bancario de Chile. Explotamos el hecho que la reforma CAE cambió el marco de información en 2012. También cruzamos los datos crediticios con los resultados educacionales de una muestra significativa a fin de obtener una medida sólida y confiable de educación financiera (de la PSU), así como datos administrativos sobre matrícula e ingresos (de los registros de seguridad social). Con ello, buscamos identificar los efectos de la educación financiera sobre las características principales de los créditos, capturadas en la tasa de interés, los montos y el horizonte del crédito.
En resultados preliminares encontramos una disminución significativa en las tasas de interés de los prestatarios con educación financiera en relación con los prestatarios no educados después de implementada la reforma, disminución que equivale a unos 1,2 puntos porcentuales. También se encuentra que los prestatarios con conocimientos financieros aumentan los montos de sus préstamos con relación a los individuos sin conocimientos financieros, mientras el horizonte de la deuda se mantiene constante.
Dado lo anterior, como resultado preliminar se aprecia que son los individuos más educados los que aprovechan con mayor magnitud las políticas de transparencia de información. Nuestros resultados son relevantes para un gran número de mercados con contratos complejos, donde los consumidores con bajo nivel de sofisticación posiblemente escogen de manera sub-óptima. Algunos mercados donde podrían existir consumidores con decisiones sub-óptimas son en los seguros de salud, ahorro para la jubilación y las decisiones de inversión en general. Esto debe considerarse a la hora de evaluar políticas públicas en países con el nivel de desigualdad que Chile posee.