Por Damian Clarke, Investigador MIIP, académico Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile, y Alejandra Ramm, académica, Instituto de Sociología, Universidad de Valparaíso.
Con la promulgación de una ley que legalizó el aborto electivo durante el primer trimestre, Argentina se convirtió en el tercer país en América del Sur que permite, legalmente, el aborto electivo. En toda América Latina existen cinco países (Argentina, Uruguay, Guyana, Cuba y México) que permiten aborto electivo, al menos en algunas de sus regiones. La promulgación de esta ley el día 30 de diciembre del 2020 fue la culminación de décadas de trabajo por parte de organizaciones de mujeres, activistas y diversas organizaciones no gubernamentales.
Algunos estudios académicos sugieren que las implicancias de cambios legislativos de este estilo tendrán impactos mucho más amplios que su impacto directo (y por cierto muy importante) sobre los derechos de las mujeres. Específicamente, hemos participado en trabajos académicos focalizados en el contexto de América Latina que ofrecen lecciones relevantes al respecto.
Un trabajo reciente que estudió a estudiantes de medicina y obstetricia junto a docentes de las mismas carreras en universidades chilenas, escrito por Alejandra Ramm (junto con Casas, Correa, Finley Baba y Biggs) sugiere que la amplia penalización del aborto somete a médicos y matronas a dilemas ético-legales innecesarios, que repercuten negativamente en la atención de salud de las mujeres. El marco legal chileno requiere que el personal de salud denuncie los abortos ilegales, al mismo tiempo que protege el deber de confidencialidad hacia los pacientes. Aunque quebrar la confidencialidad tiene una pena más alta que el no denunciar, prima entre el personal de salud la idea contraria. Esto afecta negativamente la comunicación de información relevante acerca del estado clínico de la paciente, repercutiendo en una atención de peor calidad. Además, tergiversa el foco de trabajo de estos profesionales desde la salud hacia la persecución penal.
Otro estudio relevante enfocado en el contexto de América Latina fue escrito por Damian Clarke (junto con Mühlrad) y estudió el impacto de la despenalización de aborto durante el primer trimestre en la Ciudad de México. En este contexto, tras la legalización de aborto, se observó una caída abrupta en hospitalizaciones por complicaciones relacionadas a abortos (clandestinos) y otras hospitalizaciones relacionadas con la salud de la mujer.
Nuestros estudios apuntan a la importancia de leyes como la reciente legalización de aborto en Argentina. Existe evidencia directa que estas leyes pueden tener impactos importantes sobre la salud de las mujeres y sobre el ejercicio de las profesiones de la salud, más allá que cualquier impacto sobre derechos reproductivos. Con la generación de una nueva Constitución durante el año 2021, el tema de aborto en Chile sigue siendo un tema relevante y con amplia discusión –que al igual que en Argentina viene fuertemente dirigida por activistas locales y diversas organizaciones sociales.
Esta columna fue originalmente publicada en La Tercera.