El culpable dentro de nuestro living

Jun 5, 2017 | Columna, Crimen

Explorando la conexión entre la sobre-representación de la delincuencia en los medios de comunicación y los índices de percepción del crimen.

¿Qué tan probable es que me asalten cuando salgo a dar un paseo en las calles de Santiago después del atardecer? ¿Aumentan las probabilidades de robo en el metro durante la hora punta? ¿Son los turistas más propensos a ser asaltados que las personas locales? Dependiendo de quién responda, extranjeros o chilenos, la respuesta cubrirá un amplio espectro de resultados.

Fuentes oficiales como ENUSC y el INE han informado recientemente que en la última década el número de víctimas de robo, asaltos o delitos similares ha disminuido en un 42%; y aun así, dentro de la misma década, el porcentaje de chilenos que creen que los índices de delincuencia han aumentado año tras año, permanece casi sin cambios. Las cifras concluyen que alrededor del 44% de las personas en estudio creen que ellos mismos serán víctima de un delito en el siguiente año, aunque alrededor del 90% de ellos nunca ha sido víctima de la delincuencia en el pasado. Naturalmente, la pregunta que emerge es: ¿Por qué la disminución de los índices de delincuencia no se refleja en la percepción de las personas?

Parte de la respuesta puede encontrarse en un factor presente en el living de cada hogar: la televisión. El investigador del MIPP y académico de la Universidad Diego Portales, Matteo Pazzona, cuyas investigaciones están ligadas a la economía del crimen sentencia: “El nivel de victimización en Chile está dentro de los más bajos en la región, pero el nivel de inseguridad es muy alto”.

El investigador basa su opinión en un informe del PNUD, que ilustra la diferencia entre la percepción del crimen versus la realidad, comparando datos entre Honduras y Chile. Los hallazgos indican que en ambos países los porcentajes de personas que sienten que la delincuencia ha aumentado últimamente son iguales (alrededor de un 40%), mientras que la tasa de homicidios en Honduras es más de 40 veces mayor a la de Chile (86.5 por 100.000 habitantes en Honduras, versus 2 por 100.000 habitantes en Chile).

Esta gran diferencia entre las creencias individuales sobre la frecuencia de los delitos y los índices reales de delincuencia no son un caso único en Chile; publicaciones recientes señalan que aun cuando la mayoría de los países occidentales ha experimentado una disminución de la delincuencia, la percepción de los ciudadanos insiste en un aumento de la delincuencia. Un estudio reciente de dos investigadores, Luigi Minale y Nicola Mastrorocco sobre el impacto de los medios de comunicación en la percepción del crimen en Italia, aborda estos problemas y puede ser una buena plataforma para hacer un paralelo. Como Minale y Mastrorocco señalan, la evidencia en Italia establece que a pesar de que los índices de delincuencia entre 2008 y 2012 disminuyeron, sobre el 80% de los italianos entrevistados cree que la situación es de forma contraria.

Los datos disponibles en su trabajo de investigación sugieren que los canales de TV bajo la influencia de Berlusconi sobre-representan la delincuencia, en comparación con otros canales del país. Para asegurar que éste es realmente el caso y no una representación más baja del crimen por parte de los otros canales, los datos de Italia se compararon con aquellos de los principales canales de TV en otros países europeos.

Como Pazzona señala, la evidencia empírica de esta problemática en Chile es más bien escasa; sin embargo, existe un interesante estudio reciente del Departamento de Sociología de la Universidad Católica que intenta cuantificar la relación entre percepción del crimen y el consumo de medios de comunicación a través del análisis de datos de encuestas de opinión entre los años 2001 y 2012. El estudio indica que el determinante más grande en la percepción de la delincuencia es la experiencia previa que se tenga como víctima de la delincuencia. La inseguridad económica y el tiempo que los noticiarios dedican a los informes sobre la delincuencia –aunque cuantitativamente no muy relevantes- fueron también hallados como factores de impacto significativo. No obstante, para vencer las deficiencias inherentes que caracteriza a las referencias estadísticas de los datos de encuestas, se necesitan experimentos naturales que también pueden abordar la endogeneidad del problema entre los índices de delincuencia y la cobertura mediática.

Más allá de la curiosidad intelectual, la percepción irracional de la delincuencia tiene costos económicos, variando desde la devaluación en el precio de las propiedades, la caída en los flujos de turismo, hasta efectos adversos en el comportamiento y salud mental de las personas. “El miedo a ser víctima de la delincuencia puede limitar la vida social de las personas, así como puede ser uno de los factores determinantes que moldea el transcurso de las relaciones que los ciudadanos construyen con la comunidad, su capacidad para usar los espacios públicos abiertos, y la confianza que depositan en las instituciones gubernamentales” concluye Pazzona. Un experimento natural en Chile, similar al realizado en Italia, podría ir por un largo camino hacia el descubrimiento de la magnitud con la que los medios influyen en la percepción de la delincuencia.

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