Desde hace un par de años que está instalada la idea de que la inclusión y educación financiera de la población es importante para mejorar la calidad de vida de millones de hogares.
Sin embargo, a pesar de avances importantes en términos de inclusión financiera, dicha inclusión no ha sido acompañada de un proceso significativo de alfabetización financiera. Y un frente al que se debe atender son los grupos más vulnerables de la sociedad.
Si bien es rescatable que cada vez hay más portales de los reguladores financieros y de la banca privada que pretenden alfabetizar financieramente a ciertos sectores de la población utilizando un lenguaje más cotidiano, un paso importante que queda pendiente es la capacitación más focalizada.
Recientemente se graduaron los inscritos del curso online «La ciudad de las oportunidades», que organizamos en conjunto con el Banco Central, orientado a profesores de todos los colegios de Chile. La idea es que los aprendizajes de los profesores lleguen a las salas de clase y, a través de los jóvenes, a los hogares.
Este año, la tercera versión del curso culminó con 550 docente graduados, más del doble que el año pasado, lo que demuestra una demanda latente por contenidos de este tipo.
Así como este programa apunta a entregarles estas herramientas -que son fundamentales para que los escolares puedan incorporar prácticas que les permitan tomar mejores decisiones financieras en el futuro- a jóvenes a través de sus profesores, debería haber más iniciativas dirigidas a grupos estratégicos.
Distintos estudios muestran que el analfabetismo financiero tiende a ser más preocupante en jóvenes, adultos mayores, mujeres, individuos con menores niveles de educación y segmentos de menores ingresos.
Y tal como muestra otro de nuestros proyectos «Vida en Pandemia» estos son precisamente los grupos más golpeados durante la actual crisis sanitaria, ya que están entre los segmentos más resentidos en la incertidumbre económica que ha generado la crisis asociada al Covid-19.
En momentos de crisis se hace más evidente que nunca la necesidad de tomar decisiones financieras de manera informada y responsable.
En estos momentos es crucial estar educados para decidir de mejor manera si hacer o no un segundo retiro del 10% de nuestras pensiones, utilizar nuestros ahorros de años para enfrentar un período de desempleo o solicitar un crédito para comenzar un nuevo emprendimiento o mantener funcionando uno ya existente.
Considerando esto, quizás ahora es más relevante que nunca contar con programas orientados a promover la educación financiera, las prácticas de endeudamiento y consumo responsable y ahorro en estos grupos.
Una solución más enfocada podría fortalecer a estos grupos hacia delante y beneficiar en el largo plazo a los hogares en Chile.
Esta Columna fue originalmente publicada en el Diario El Sur Concepción.