Cuarentenas diferenciadas protegen la salud y la economía

May 15, 2020 | Covid-19, Destacado 1

Por Elton Dusha, Juan F. Escobar y Javier Moreno

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Diversas medidas – incluyendo cuarentenas, testeos, cierre de colegios, subsidios, transferencias – han sido propuestas e implementadas por las autoridades para combatir el Coronavirus y su impacto sobre el sistema sanitario y la economía. Sin embargo, el impacto de cada política es difícil de medir y cuantificar, pues aún se sabe muy poco sobre la evolución de la pandemia y sobre cómo las personas responden a ella y a diversos incentivos. Así, las autoridades confrontan la ingrata tarea de decretar medidas cuyo impacto es extremadamente incierto.

En este artículo, mostramos que la introducción de cuarentenas diferenciadas por edad (en lugar de cuarentenas uniformes) impacta positivamente tanto a la economía como al sistema sanitario para una variedad de parámetros que gobiernan la evolución de la pandemia. La lección para la política pública es clara: Tiene sentido sanitario y económico imponer cuarentenas diferenciando entre adultos menores y mayores de 65 años.

La actual pandemia mundial ha puesto a los Gobiernos frente a lo que parece un dilema difícil y aparentemente intratable; abrir la economía y arriesgarse a aumentar la tasa de infección o cerrar la mayoría de las empresas no esenciales y recibir el golpe económico. Por lo tanto, al evaluar las políticas de bloqueo es urgente encontrar políticas que minimicen tanto los costos económicos, como la pérdida de vidas humanas. Para poder hacerlo de manera eficiente y con un mínimo efecto en la pérdida de vidas, es necesario alejarse de las políticas uniformes de bloqueo hacia políticas más inteligentes, que se dirijan específicamente a diferentes sectores de la población. Es bastante claro en este punto que las políticas uniformes de bloqueo son una herramienta demasiado tosca para usar en la pandemia actual ya que tienden a tratar a todos por igual, independientemente de la vulnerabilidad, la capacidad productiva y otras características distintivas. De esta manera, las políticas uniformes pueden tender a aumentar los costos económicos innecesarios, mientras que es menos probable que se sigan debido a los grandes sacrificios que conllevan y la dificultad de hacerlos cumplir para una gran parte de la población.

Otra razón por la que las políticas uniformes son un instrumento demasiado tosco es que hacen que sea muy difícil ayudar a los necesitados. Si el bloqueo es lo suficientemente largo, tendrá un costo mayor en los sectores más vulnerables de la población chilena. Si esta proporción es particularmente grande, el Gobierno puede estar demasiado limitado para ayudar a quienes lo necesitan. Si por otro lado, se permite enfocar las políticas públicas, facilita el trabajo de proporcionar ayuda porque podemos identificar a la sección más afectada de la población y obtener la ayuda que necesitan. Las políticas uniformes tienden a aumentar el nivel de necesidad debido al cierre innecesario de la actividad económica y, por lo tanto, desde la perspectiva presupuestaria y operativa, es más difícil redistribuir la ayuda.

Desde una perspectiva política, las políticas uniformes tienden a aumentar la presión para reabrir la economía debido a los grandes costos económicos que conllevan. Si la presión política se traduce en la reducción de las restricciones, aumenta la probabilidad de múltiples oleadas de infección y la pérdida innecesaria de vidas, que resulta de la capacidad limitada del sistema de salud para hacer frente a la cantidad de personas que requieren atención urgente (UCI). Múltiples oleadas de infecciones también pueden tender a aumentar la fatiga de bloqueo y la tasa de incumplimiento en la población.

¿Qué sectores de la población deberían ser una prioridad en una política específica? La respuesta más lógica a esta pregunta sería apuntar primero al segmento de adultos mayores. Dado que el grupo de mayor edad tiene menos productividad laboral, se deduce que la pérdida económica resultante de un bloqueo más estricto y prolongado para este grupo sería menor. Dado que los mayores de edad tienden a ser más propensos a sucumbir a la enfermedad, una política dirigida al grupo de mayores también debería reducir el número de muertes en general. La Tabla 1 presenta los ingresos laborales y mortalidad de la población por encima y por debajo de los 65 años:

 

 

 

Tabla 1: Comparación entre grupos etarios.

 

En este artículo evaluamos el impacto económico, social, y sanitario de una cuarentena diferenciada sobre el PIB y el número de muertes. En contraste a una cuarentena uniforme, una cuarentena diferenciada restringe de manera sustantiva el contacto social de los adultos mayores de 65 años. Comparamos los beneficios de inducir diferenciación en una cuarentena uniforme, manteniendo la fracción de la población bajo cuarentena como fija. Más explícitamente, partiendo de una cuarentena uniforme sobre un 25% de la población, evaluamos el impacto de imponer una cuarentena total a los adultos mayores y parcial sobre el resto de los adultos, de modo de que la población total bajo cuarentena se mantenga en un 25%. Usando varias parametrizaciones del simple pero usado modelo epidemiológico SIR, mostramos que las ganancias de la diferenciación por grupos etarios son importantes. Detrás de la robustez de nuestra simple prescripción están las marcadas diferencias de productividad y fragilidad ante el Coronavirus de los dos grupos descritos en la Tabla 1.

Nuestro análisis no supone que poner a los adultos mayores en cuarentena total impide su contacto con otros. Por el contrario, nuestra interpretación de una cuarentena total sobre los adultos mayores es que se les prohíbe el trabajo y se les confina a sus hogares, manteniendo contacto con familiares y otros (compras off y online, por ejemplo). Siguiendo la literatura reciente (Alvarez; Argente; and Lippi 2020 y Acemoglu; Chernozhukov; Werning; and Whinston 2020), en el modelo base suponemos que una cuarenta total mantiene el 25% de las interacciones recurrentes de un adulto mayor, aun cuando nuestros resultados son robustos a este parámetro.

Este ejercicio es normativo no positivo. Nuestro propósito no es predecir la evolución de la pandemia ni su impacto en la economía. Más bien, nuestro propósito es ilustrar que, para una variedad de parámetros del modelo, existen ganancias sociales, económicas, y sanitarias de introducir diferenciación en la política de cuarentenas uniformes usadas por la mayoría de los Gobiernos en el mundo.

 

Tabla 2: Resultados sanitarios de política uniformes y diferenciadas.

 

La Tabla 2 muestra las ganancias sanitarias de cuarentenas uniformes y diferenciadas para una parametrización de nuestro modelo.  La tabla muestra el número de muertes para cada política, normalizada por el número de muertes si las autoridades dejan que la epidemia evolucione libremente sin restricción alguna (es decir, sin política). Se muestra que la introducción de una cuarentena uniforme puede reducir el número de muertes a la mitad. Una cuarentena diferenciada reduce el número de muertes en un 72%. Detrás de las ganancias sanitarias significativas de la diferenciación, está la mayor vulnerabilidad al COVID-19 de adultos mayores. Esta reducción significativa en el número de muertes bajo cuarentena diferenciada se produce aun cuando los adultos mayores interactúan socialmente, mucho menos que los menores de 65 y, por lo tanto, sus tasas de infección son  menores.

La tabla 3 muestra las ganancias económicas de las cuarentenas uniformes y diferenciadas. La tabla evidencia la caída en el PIB para cada política, normalizada por la caída en el PIB cuando no se introducen restricciones. Se refleja que la introducción de una cuarentena uniforme daña la actividad económica casi en cuatro veces más que cuando la economía funciona sin ninguna restricción. Una cuarentena diferenciada, en cambio, produce una caída mucho más moderada de la actividad económica, pues libera a un trabajador más joven y productivo a cambio de restringir a un trabajador mayor y más vulnerable. 

 

 

 

Tabla 3: Resultados económicos de políticas uniformes y diferenciadas.

 

Las magnitudes en las Tablas 2 y 3 dependen de la parametrización usada, pero la dirección de los efectos no. Así, tiene sentido imponer una cuarentena sobre los adultos menores de 65 años, solo si la cuarentena sobre los adultos mayores es total. La lección de política es que el confinamiento y aislamiento físico de adultos mayores pueden ser una medida importante para combatir los impactos sociales y sanitarios de la pandemia del Coronavirus.

La cuarentena diferenciada planteada en este artículo es consistente con diferentes visiones sobre la intensidad con la que se debe restringir la movilidad de las personas. Algunas autoridades ponen pocas restricciones, pues esperan alcanzar la inmunidad de grupo pronto. Otras autoridades imponen cuarentenas severas. Independiente de la visión de la autoridad sobre la velocidad con la que se debe alcanzar inmunidad de grupo, la cuarentena diferenciada debe ser parte de las políticas públicas en medio de esta pandemia.

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