La violencia contra la mujer es una violación a los derechos humanos, y por ende, un problema de Estado. Esta problemática no solo tiene efectos graves en la salud de las mujeres, sino en su bienestar general, ya que les impide participar y desarrollar todo su potencial en la sociedad.
De acuerdo a un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en 161 países, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual por su pareja o violencia sexual por alguien que no era su pareja o ambas.
En Chile, la violencia contra la mujer ha sido evidenciada a través de la violencia intrafamiliar (ámbito privado), los delitos de violencia sexual y los femicidios. En nuestro país existe la Ley de Violencia Intrafamiliar (Ley Nº20.066), la cual fue promulgada en 2005, y que define violencia intrafamiliar (VIF) como:
“Todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente”.
Según las estadísticas del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD), el año 2022 se registraron 106.404 casos de VIF contra mujeres en Chile, donde 94.927 corresponde a mujeres entre 18 y 64 años, es decir, un 1,5 % del total de mujeres a nivel país entre las edades mencionadas ha sido víctima de VIF.
Los autores del estudio en cuestión, expresan que el problema es que este porcentaje apunta solamente a los casos registrados y distan enormemente de la realidad. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar (ENVIF) 2022, un 23,3 % de las mujeres entre 15 y 65 años ha sido víctima de VIF los últimos 12 meses, y un 44 % de las mujeres ha experimentado violencia física, sexual o psicológica en algún momento de su vida.
En este contexto, Camila Trujillo, estudiante del Magíster en Economía Aplicada e investigadora del Fondo de Género, Economía y Políticas Públicas, junto con Damian Clarke, profesor Asociado de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile e investigador del Instituto Milenio MIPP, decidieron realizar una investigación que tenía como objetivo proporcionar un diagnóstico de diversos indicadores asociados a violencia intrafamiliar en Chile.
Para este análisis se revisaron las últimas cuatro versiones de la ENVIF a cargo de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Esta encuesta tiene por objetivo obtener información relevante sobre la magnitud y características de la violencia de género que afecta a las mujeres de entre 15 y 65 años de zonas urbanas a nivel nacional y regional.
Un segundo conjunto de datos utilizados fueron las estadísticas del CEAD. Esta plataforma pública dispone de estadísticas oficiales de delitos de mayor connotación social (DMCS), violencia intrafamiliar (VIF), incivilidades y otros hechos informados por Carabineros y la Policía de Investigaciones al Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Para el presente estudio se consideraron aquellas estadísticas delictuales de VIF entre los años 2005 y 2022, desagregadas por región, sexo y edad. La población objetivo fueron hombres y mujeres víctimas de VIF entre 18 y 64 años de las 16 regiones del país, considerando zonas urbanas y rurales.
Prevalencia Vida
Uno de los primeros resultados que lograron descubrir los investigadores tiene que ver con la “Prevalencia Vida”. Esto hace referencia a aquellas mujeres que han sufrido algún tipo de violencia (psicológica, física o sexual) en algún momento de su vida. De acuerdo a los datos de las ENVIF, en la Figura 1 se puede observar que la “Prevalencia Vida” ha aumentado progresivamente desde el año 2012 en adelante. Si hasta ese año, un 32,6 % de las mujeres había experimentado algún tipo de violencia, para el 2022 esta cifra sube al 44 %.
Si se analiza por tipo de violencia, en la Figura 2 se muestra que para el caso de violencia psicológica, esta aumenta drásticamente del 30,7 % en 2012 al 41,1 % en 2022.
Por otro lado, la investigación analizó la “Prevalencia Año”, es decir, aquellas mujeres que en los últimos 12 meses han sido víctimas de algún tipo de violencia. Al igual que en el caso anterior, esta ha aumentado progresivamente. Si en 2012, un 18,2 % de las mujeres vivió algún tipo de violencia, en 2022 esta cifra subió al 23,3 %. Es decir, aproximadamente 1 de cada 4 mujeres fue víctima de VIF ese año.
Más específicamente, la investigación muestra la “Prevalencia Año” por tipo de violencia, donde se destaca el aumento en cuanto a la violencia psicológica, pasando del 14 % en 2012 al 22 % en 2022.
Drástica diferencia entre CEAD y ENVIF
A diferencia de ENVIF, las estadísticas del CEAD muestran un panorama muy distinto en términos de la cantidad de casos de violencia intrafamiliar en Chile. Cabe recordar que CEAD es una plataforma pública que dispone de estadísticas oficiales de violencia intrafamiliar (VIF), entre otros, informados por Carabineros y la Policía de Investigaciones al Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
De acuerdo a los delitos registrados por esta plataforma, el 2022 un 1,5 % de mujeres a nivel nacional fue víctima de VIF. Sin embargo, los últimos datos de la ENVIF, reportan que este porcentaje se sitúa en torno al 23 %.
A pesar de aquello, el estudio pudo utilizar los datos recopilados para mostrar que al investigar la tasa de delitos de VIF a nivel nacional diferenciada por tipo de víctima: hombre o mujer, se puede ver que la tasa de VIF contra mujeres es alrededor de 5 veces más grande que la de los hombres.
Denuncia ante casos de violencia
Según Clarke y Trujillo, generalmente la brecha entre incidencia y denuncia ante casos de violencia contra la mujer es bastante alta. De acuerdo a la ENVIF, las denuncias ante casos de violencia en espacios públicos y laborales han disminuido. Si en 2017 un 30,8 % de las mujeres víctimas de violencia en su lugar de trabajo reportó el último incidente, en 2022 solo un 13,6 % lo hizo.
Para los casos de violencia psicológica y física, las denuncias también han caído, si en 2012 un 27,6 % de las víctimas de violencia psicológica notificó el hecho, en 2022 solo 18,6 % lo hizo. Panorama similar para las víctimas de violencia física, pasando de un 36 % en 2012 a un 28,2 % en 2022.
Los principales motivos de por qué las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar no denuncian, según el estudio, son: (i) Porque no fue algo serio y no lo consideró necesario (ii) Le daba vergüenza contar su situación (iii) No cree que denunciar sirva o había denunciado antes y no pasó nada.
Ayuda a Instituciones
En las últimas cuatro versiones de la ENVIF se les consultó a las entrevistadas que declararon ser víctimas de violencia intrafamiliar, si pidieron ayuda o no a diversas instituciones. Los 3 lugares donde las mujeres víctimas de VIF más solicitaron ayuda fueron: Policía, Tribunal/Fiscalía y Servicios de salud (Figura 3).
De acuerdo a los datos, quienes más acuden por ayuda a la policía, son las mujeres víctimas de violencia física, luego, le siguen las víctimas de violencia psicológica, y muy de cerca las víctimas de violencia sexual. Además, las mujeres víctimas de violencia sexual y física son quienes más solicitan ayuda a servicios de salud.
En cuanto a si las víctimas que solicitaron ayuda a las instituciones mencionadas quedan satisfechas con la respuesta entregada, las víctimas de violencia psicológica consideran la Comunidad religiosa, Servicios de salud y Municipalidad como las instituciones con mayor grado de satisfacción.
Para las víctimas de violencia física fueron las ONG/Fundación/Corporación, los Centros de mujer, casas de acogida y Servicios de salud. Y para las víctimas de violencia sexual, la Comunidad Religiosa, ONG/Fundación/Corporación y Psicólogo(a)/Psiquiatra.
Conclusiones
La investigación le permitió a Damian Clarke y Camila Trujillo concluir tres puntos en torno a la violencia intrafamiliar. El primero, según ellos, es entender que las cifras conocidas por las Policías/PDI e instituciones públicas respecto de los delitos de VIF difieren mucho de la realidad, ya que, de acuerdo a los delitos registrados por el CEAD, el 2022 un 1,5 % de mujeres a nivel nacional fue víctima de VIF. Sin embargo, los últimos datos de la ENVIF, reportan que este porcentaje se sitúa en torno al 23 %.
Segundo, enfatizan que es primordial ser conscientes de que las víctimas no están denunciando, principalmente porque aún existe una naturalización de estas conductas, un juicio social hacia las mujeres y poca credibilidad en el sistema judicial, encargado de sancionar estos crímenes.
Finalmente, afirman que urge la necesidad de contar con una agenda política que aborde la prevención, atención, investigación y sanción de la violencia intrafamiliar con el objetivo de lograr que las mujeres puedan ejercer su derecho a vivir una vida libre de violencia.