Este algoritmo computacional fue programado e implementado por los investigadores del MIPP José Correa y Juan Escobar, junto con el académico de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, Rafael Epstein.
Entre agosto y diciembre de 2016 se implementó en la región de Magallanes un moderno sistema de admisión escolar desarrollado por el Mineduc junto con investigadores de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile y del Instituto Milenio de Imperfecciones de Mercado y Políticas Públicas (MIPP).
El método tuvo por finalidad mejorar la eficiencia y transparencia del proceso e igualar las oportunidades a padres y apoderados que postulan a sus hijos a establecimientos municipales y subvencionados.
Debido a que fue un éxito, desde ese año miles de familias en Chile postulan a los establecimientos educacionales de su preferencia a través este sistema en que las familias escogen su escuela y no las escuelas a ellos como ocurría antes.
A vísperas de que se inicie un nuevo proceso de postulación, este algoritmo de asignación fue alabado por el Ministerio de Educación a través de sus redes sociales.
“El desarrollo e implementación del algoritmo de asignación que apoya al SAE ha sido un tremendo trabajo. En él ha participado un gran número de profesionales y de tesistas, tanto del Ministerio de Educación como de la Universidad de Chile, muchos de quienes hoy cursan doctorados en las mejores universidades del mundo”, destaca José Correa, uno de los investigadores principales de este proyecto.
El algoritmo del Sistema de Admisión Escolar (SAE) está construido sobre los desarrollos de los científicos David Gale, Lloyd Shapley y Alvin Roth, estos dos últimos galardonados por este trabajo con el Premio Nobel de Economía en 2012.
Este método cuenta con la participación de todos los actores relevantes. Los colegios informan activamente a los apoderados sobre los diversos aspectos de sus programas educativos y sus vacantes. Luego de acceder a esta información (de manera presencial o a través de la plataforma web diseñada por el Mineduc), los apoderados declaran una lista de preferencias de los colegios en los que desean matricular a sus hijos.
El algoritmo intentará que el niño quede aceptado en el colegio de su mayor preferencia en la medida en que haya cupos disponibles. En otras palabras, lo que realiza el Sistema de Admisión Escolar es que, si el apoderado consideró diez colegios en su lista de preferencias, tratará de poner en la primera preferencia al niño. Si no puede, en la segunda preferencia, sino en la tercera y así hasta la décima opción.
En el caso de colegios de vacantes limitadas porque sus cupos son muy deseados, el sistema prioriza a los postulantes que cumplan con alguno de los criterios de prioridad definidos en la Ley de Inclusión Escolar y emplea el azar para desempatar entre el resto de los postulantes.
En fin, la asignación se realiza basándose en las preferencias declaradas por las familias y, gracias a un sofisticado algoritmo computacional, considera un componente aleatorio cuando hay más postulantes que vacantes.
“La fuerza de primer orden es que el algoritmo trata de poner a los estudiantes en los colegios preferidos por los apoderados. Cuando no se puede, se utiliza el azar para eliminar la discriminación arbitraria”, le señaló el investigador del MIPP y académico de la Universidad de Chile, José Correa, a El Mostrador.
En diversos países del mundo se utilizan mecanismos de asignación como este, destacando los casos de EE.UU. (Boston y Nueva York, entre otros), Holanda y Finlandia. En cada caso, el algoritmo “Aceptación Diferida” (DA) debe resolver demandas locales que hacen que cada implementación sea única e interesante. En Chile, por ejemplo, la ley establece criterios de prioridad para los postulantes, por lo que el algoritmo de asignación debe dar preponderancia a hermanos e hijos de funcionarios, así como a aquellos alumnos considerados prioritarios por su situación socioeconómica.
Este algoritmo de asignación tiene tres ventajas que lo hacen el favorito del mundo académico y también del mundo real:
En términos científicos, se dice que este sistema es “a prueba de estrategias”, lo que para sus investigadores es muy valioso, puesto que, de lo contrario, las familias con más recursos podrían recibir asesorías para mejorar sus posibilidades. Una práctica que atenta contra el principio de igualdad de oportunidades.
MIPP Chile 2024